sábado, 5 de diciembre de 2015

¿QUÉ CELEBRAS TÚ EN NAVIDAD?

Aunque la impresión es que esa pregunta se puede contestar fácilmente, cuando empezamos a analizar resulta que el asunto se complica un poco. Contrariamente a lo que pudiéramos esperar, el mes de Diciembre y la Navidad para la mayoría de las personas adultas no son tan agradables como parece. Si eres un poco curioso(a) consulta las estadísticas de suicidio y verás que el mayor número de ellos ocurre, precisamente en Diciembre.

En estas épocas del año muchos de nuestros problemas aumentan  en lugar de disminuir. El dinero no alcanza porque nuestra sociedad impone una serie de costumbres inútiles, pero muy productivas desde el punto de vista económico. Es época de mucho viajar; vamos a otros lugares o recibimos visitas en nuestra casa, y eso plantea cambios importantes en nuestra rutina de vida y en el presupuesto familiar. Es requisito indispensable llevar regalos a personas que no aportan nada bueno en nuestras vidas, fomentándose un montón de situaciones sociales en donde la hipocresía y “el quedar bien” son quienes controlan el ambiente. Las “barrigas aventureras” hacen su agosto en estas épocas porque sobran eventos en donde pueden asistir a comer, a beber, o a presumir sin aportar nada a la ocasión, ni a las otras personas que asisten a la reunión.

Pero en donde se producen problemas realmente serios es en el terreno de lo afectivo, y lo emocional. Es en esta época donde la soledad se siente más fuerte, es en esta época donde los rencores y los recuerdos que duelen nos hacen más daño; es en esta época en donde se hace más evidente que no tenemos una familia real a nuestro alrededor, aunque nos sentamos a la mesa con una serie de personas a las que llamamos familia pero con quienes lo único que compartimos es el apellido. Si tú, estimado lector, vives algunas de las situaciones que estoy mencionando, necesitas saber que todo ese panorama puede cambiar cuando entiendas el significado real de la Navidad.

Hay una fórmula que ha demostrado que funciona si tú estás dispuesto(a) a poner de tu parte; lo único que necesita es abrir un poco tu entendimiento y aprender a ver las cosas con el enfoque correctoVolviendo a la pregunta inicial ¿Que celebras en Navidad?. Podríamos decir que podemos celebrar cuatro cosas diferentes: En primer lugar podemos celebrar la “Navidad comercial”. 

Esta Navidad es la que tiene que ver con los foquitos de colores, en llenar hasta el tope las tarjetas de crédito, en aumentar 5 kilos de tanto comer buñuelos, tamales, champurro y todo eso que es bueno para la boca pero malo para el cuerpo. Esta “Navidad” es divertida y no es mala cuando se vive con prudencia; es bueno ver a los amigos y hacer fiestas, siempre y cuando se conecte el cerebro antes de actuar. Sin embargo, esta Navidad no ayuda mucho a nuestro mejoramiento personal y frecuentemente deja una sensación de angustia cuando pasa el alboroto.

En segundo lugar se puede celebrar “La Navidad histórica” que dice que Cristo nació hace más o menos 2000 años. Esta Navidad es interesante y nos puede hacer más cultos si leemos un poquito; sin embargo, aquí también nos han enseñado mal ya que en realidad Cristo no nació el 24 de Diciembre. No se sabe con exactitud ni el año de su nacimiento; menos el día. Se sabe que nació en verano, no en invierno, porque en Israel los pastores sacan sus rebaños al campo durante el verano. Lo que sucede es que en los primeros siglos del cristianismo se escogió el 25 de Diciembre porque era la fecha en que los romanos tenían la celebración importante a su Dios, que era el Sol. El escoger el 25 de Diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo fue una forma de aminorar el impacto de esa fiesta pagana en los primeros cristianos. Esta “Navidad” es interesante pero tampoco aporta mucho a mejorar nuestra vida actual.

La tercer cosa que puedes celebrar es eso que la gente con lenguaje rebuscado llaman “Navidad escatológica”. Nos dicen con eso que la Navidad es un recordatorio de que Cristo prometió volver una segunda vez para implantar definitivamente una forma de vivir basada en la compresión mutua y el amar al prójimo. Este mensaje es esperanzador y trae un poco de consuelo a este mundo revuelto que estamos creando; sin embargo, ayuda poco a pagar la deuda de la casa con el Infonavit o en La Rioja o donde la tengas.

La cuarta cosa que podríamos celebrar es lo que llamaría la “Navidad personal” que desde mi punto de vista particular es lo que debería darle el sentido real a las Fiestas Navideñas. En este caso celebramos que Cristo ha nacido en nosotros mismos, produciendo un cambio radical y definitivo en nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar. Este cambio se puede dar en cualquier época del año y lo celebraríamos el 25 de Diciembre. En cada persona este “nacimiento” es diferente ya que todas las personas tienen condiciones de vida únicas, irrepetibles, que le dan a este “nacimiento” características distintas en cada ser humano.

Este nacimiento es el que puede eliminar tu soledad, puede aliviar tu depresión crónica, y puede traerte prosperidad económica para que pagues sin problema tus deudas. Y por la importancia que tiene creo que vale la pena hablar un poco mas de ella. Cuando se toca este tema la pregunta forzosa es: ¿Y como puede nacer Cristo en una persona actualmente?. Cristo mismo nos da la respuesta cuando aquel fariseo llamado Nicodemo le hace esa pregunta, Cristo le responde: “Tienen que nacer de nuevo del agua y del espíritu”.

La respuesta aparentemente es confusa porque se nos olvida que todo lo que Cristo enseñó tiene que ver con el mundo “espiritual” o “no material” de la persona, y tiene muy poco que ver con el mundo material. Lo que Cristo quiere decirnos es que “Él puede nacer” en nosotros cuando hacemos nuestra su manera de pensar, su manera de sentir y su manera de actuar. Nuestra vieja manera de ser debe “morir” para que pueda “nacer” en nosotros esa nueva forma de ser a imagen y semejanza de Cristo. No estamos hablando en ningún momento de una muerte física, sino de la muerte de nuestros viejos hábitos y costumbres, de nuestro sistema de creencias que sólo crea problemas; si quieres decirlo así: está hablando de la muerte de nuestra "vieja historia personal" llena de limitación y escasez que a fin de cuentas ha hecho nuestra vida miserable.

El problema que tiene el tomar esta decisión de adoptar la manera de vivir de Cristo es que enseñanzas religiosas, completamente falsas y equivocadas, nos han hecho creer que vivir como Cristo dice implica ser “agachado”, sumiso, perdedor, pobre de dinero, y cosas por el estilo. Sería bueno que revises con mucho cuidado tu creencia religiosa para que descubras que Cristo nos invita a una vida plena, llena de logros,  de prosperidad material; a una vida interesante llena de retos que lo motiven a vivir la vida con optimismo y alegría. Cristo no nos invita a “rezar”, nos invita a “vivir una vida de abundancia de cosas buenas", porque a Dios le gusta que nos vaya bien. El problema es que defendemos nuestra miseria y vida guinienta más que nuestro bienestar. Nos aferramos a ella como si sirviera de algo.

Para nacer a una vida llena de problemas, angustia y soledad no tenemos que hacer nada porque esas cosas son como la maleza: crecen solas sin ayuda de nadie. Para tener una vida bonita tenemos que vivir el proceso de la “Navidad personal”; que es un proceso gradual de cambio que poco a poco nos lleva a esa transformación madura y duradera. Rara vez es un acontecimiento único que cambia la vida en forma instantánea. A Dios le gustan las “evoluciones”, no las “revoluciones”, porque están son impredecibles y muy difíciles de controlar. A Dios le gusta que cada quien participe en la organización de su “Navidad personal”.

En este proceso de nacer de nuevo Cristo se sigue encontrando con el mismo problema de hace 2000 años: El hotel está lleno y no hay cuarto disponible. Recuerda como María y José andaban pidiendo posada y se tuvieron que ir al establo porque no había lugar en otro lado. Pues resulta que Cristo sigue sin encontrar alojamiento en “nuestro hotel personal”. Ese “hotel personal” es nuestra mente, y esta llena de inquilinos indeseables, de "malandros" diríamos ahora, entre los que podríamos mencionar las ideas negativas, el conformismo, la mediocridad, el rencor, el miedo, el sentimiento de culpa y otros huéspedes  de la misma calaña que hacen de la mente un “establo”.

Lo importante es que Cristo está dispuesto a hacer lo mismo que hizo hace 2000 años: Está dispuesto a meterse a nuestro “hotel personal” que es un mugrero, para que una vez más, desde el establo, se empiece un proceso de transformación personal que te convierta en una persona digna y feliz.

Pero tú tienes que hacer lo mismo que hizo el dueño de la posada: tienes que darle permiso de quedarse, cuando menos en “el establo”. Ese “darle permiso” quiere decir tener disposición real de cambio. Quiere decir querer darle oportunidad a Cristo de “limpiar tu hotel” de toda la bola de inquilinos malandrines que tiene actualmente. Si dejas que Cristo dirija el cambio y tú haces tu parte en el proceso, Cristo nacerá en tí, y un 25 de Diciembre podrás celebrar tu “Navidad personal”, celebrando el nacimiento de un ser nuevo y maravilloso, listo a disfrutar la vida y a aportar cosas buenas a la comunidad donde vive, Y ESE SER NUEVO Y MARAVILLO ERES TÚ. Ese ser nuevo y maravilloso recién nacido serás tú mismo, pero transformado en una imagen viva de Cristo. No del Cristo crucificado que a nadie saca de apuros, sino del Cristo resucitado que María Magdalena se encontró en el huerto donde lo habían sepultado


Yo te recomendaría ir al encuentro de tu “Navidad personal”. Deja que Cristo asuma el papel de modelo en su vida, y entonces podrás disfrutar las 4 Navidades  de la que hemos hablado. Entonces la Navidad tendrá sentido para tí y podrás disfrutarla con o sin champurro, aquí en Hermosillo o en Pine Top con los güeros del otro lado de la frontera. Para que esto suceda tu parte es fácil: es estar flojito(a) y cooperando, como cuando vas al dentista.


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