sábado, 23 de septiembre de 2017

EL SUFRIMIENTO POR UNA PÉRDIDA

Acabamos de tener otro temblor catastrófico en la Ciudad de México, y desde este espacio, mi respeto y solidaridad ante el dolor generado por las pérdidas de familiares, y patrimonio. Cómo dicen, "desde mi trinchera", quisiera aportar algo que puede ayudar, porque en estos casos los donativos económicos resuelven las necesidades inmediatas pero no aportan lo que se necesita para poder seguir viviendo sin llenarnos de emociones negativas.

Tal vez tú que estás leyendo el material no fuiste afectado personalmente por el terremoto, pero tienes familiares o conocidos que sí, y ahora ellos enfrentan el dilema de seguir viviendo enfrentando situaciones muy difíciles, tanto en el aspecto emocional como material, y ese sufrimiento no sale en las noticias pero dura mucho después del evento. Por eso si conoces personas en esa situación de seguir viviendo después de haber sufrido una pérdida importante, comparte este material porque les puede ayudar a continuar para adelante sin estar muertos en vida. 

Antes de entrar en materia quiero separar dos cosas que frecuentemente se nos hacen bolas:

a) El dolor natural y no se si pueda decir "sano" causado por la pérdida. Lo que nos hace humanos, separándonos del resto de los seres vivos, es que podemos sentir emociones y ellas son las que determinan nuestro comportamiento. No somos de madera y menos de fierro, como muchas veces queremos aparentar, y es totalmente normal sentirnos devastados por esas pérdidas importantes. De hecho el no sentir esas emociones sería un síntoma muy importante de serio desequilibrio psicológico y hay que darse una vueltecita con el siquiatra y el neurólogo.

Debemos permitirnos vivir esos sentimientos a través de lo que se llama un "período de duelo", que es muy importante para que nuestra computadora mental haga los ajustes y podamos seguir viviendo bien en la nueva situación de vida. Se considera que ese período de duelo debe durar entre dos y tres semanas, período después del cual no se olvidará la situación, pero ya no se ve como insuperable porque ya se han encontrado alternativas de solución para continuar nuestro camino personal por la vida, disminuyendo en forma importante los sentimientos de miedo, de frustración y de ansiedad. Hasta aquí vamos bien.

b) El dolor enfermizo que inhabilita a la persona para superar su pérdida. Aquí quiero recalcar la palabra "enfermizo". Este es un dolor que dura por muchos meses y en ocasiones por años, y debe evitarse como cualquier otra enfermedad porque tendrá resultados muy perjudiciales, empezando por estados depresivos muy fuertes y enfermedades físicas de esas que llaman "crónico degenerativas", porque por así decirlo "la persona se dejará morir".

Aquí ya no estamos hablando de una situación justificable ni razonable ni virtuosa. Este dolor no es producido por la pérdida en sí, sino por una cosa que en psicología se llama "APEGO", que es una adicción a personas o cosas. En nuestra cultura mexicana se nos enseña a tolerar el sufrimiento en lugar de eliminarlo, porque tenemos una cultura QUE DOMESTICA en lugar de educar a las personas, a través de una mentalidad en donde ser del Club de la Lágrima Perpetua y el Sufrimiento Agudo" es visto como algo normal y en ciertos casos, por ideas religiosas más chuecas que un plátano, como un medio de purificación para alcanzar eso que llaman "cielo" o para pagar "las que debes".

Si a tí te da por ahí, te recomiendo te tumbes ese rollo, porque tu manera de pensar sólo producirá mucho sufrimiento inútil QUE NO SIRVE PARA NADA. El sufrimiento inútil nunca dignifica ni hace más fuerte a las personas, sólo las destruye lentamente como si fuera un cáncer del alma, y cada vez más, los médicos están convencidos que acaba produciendo un cáncer del cuerpo.

Ahora la pregunta del millón: ¿Y qué podemos hacer para sanar de esa adicción, y mejor aún, PARA NO TENERLA?. La respuesta a esa pregunta es: 

PRACTICAR EL DESAPEGO.

Absolutamente en todos las técnicas de mejoramiento personal o de crecimiento espiritual, practicar el desapego es un parte fundamental del proceso de llegar a tener una vida plena y feliz,  aunque en nuestro mundo externo pasen calamidades como la del terremoto. Practicar el desapego consiste en cuidarte de que en tu mente NUNCA SE ARRAIGUE LA IDEA DE QUE LAS PERSONAS O COSAS CON QUIEN COMPARTES TU VIDA SON TUYAS.

No tienes que renunciar a tener bonitas relaciones interpersonales o una casa fregona en San Cárlos o Cuernavaca, o el trabajo que siempre deseaste. Tienes que renunciar A LA IDEA QUE SON DE TU PROPIEDAD. Pero en México eso se nos olvida porque siempre decimos "mi pareja", "mis hijos", "mi carro", "mi casa" y al pronombre "mi" le damos un significado posesivo, lo cual va estableciendo el apego, por el cual llegas a creer que esas personas o cosas son lo que aseguran tu bienestar y como crees que son tuyas no se te ocurre que hoy están y mañana pueden no estar.

Y cuando por situaciones como el terremoto, de repente ya no están, tu estructura de vida se derrumba como los edificios que salían en las noticias, y es entonces cuando se produce ese dolor enfermizo que no viene de la pérdida en sí, sino de creer que ya tu vida no puede continuar "porque literalmente se te movió el piso". Tu carro será tuyo mientras no se le antoje al malandrín robacarros, y tu trabajo será tuyo mientras a tu jefe o cliente no se le ocurra cambiarte. Y como con el terremoto, no puedes hacer nada para evitarlo.

El estar consciente de esa realidad no te hace pesimista, ni debe llevar a renunciar a las cosas buenas de la vida. Por el contrario, te va a llevar a cuidar esas cosas y a disfrutarlas mientras coincides con ellas en tu espacio físico y tu tiempo. Nadie cuida lo que considera seguro, y por eso revientan miles de relaciones de pareja o con los hijos. Puedes dar por hecho que tu pareja siempre estará contigo y por eso descuidas la relación y le das de patadas al pesebre hasta que te lo acabas. 

Y luego te sorprendes y te quieres morir cuando la persona decide no seguir compartiendo su vida contigo. Hay hermanos que tienen años enojados, o papás con mentalidad cuadrada que no tienen disposición de cambio, o parejas que no ajustan su mente guinienta, y de repente se viene "un terremoto" que hace que pierdas lo que considerabas seguro y empiezan los famosos "hubiera" que te van a matar de la tristeza y la culpa. 

Si mantienes claro en tu mente que las cosas buenas de tu vida pueden estar hoy y mañana no, por un lado evitarás la adicción del apego, y por el otro no perderás tiempo en tarugadas ni actitudes orgullosas estúpidas que te impidan disfrutarlas mientras estén compartiendo tu espacio físico y tu tiempo. Tener consciencia que están "por mientras" te hará vivir cada día de tu vida al máximo para disfrutarlas; y cuando por alguna razón ya no estén podrás darle gracias a la vida porque estuvieron y podrás seguir tu camino buscando la manera de sustituirlas para continuar con tu vida bonita, sin sentimientos de culpa o resentimientos.

Y a veces lo que estoy diciendo se oye como equivocado porque crees que si sigues adelante rápido sin alargar el sufrimiento inútil sería una demostración que no querías mucho a esa persona y te sientes culpable o le tienes mucho miedo al que dirán. Recuerda que fuiste educado(a) en la filosofía del sufrimiento de las viejas películas del cine mexicano, con la viuda vestida de negro de pies a cabeza después de 10 años de fallecido el esposo.

En esas películas y canciones se enseñaba a medir el amor en términos del sufrimiento por la pérdida. Eso no es ninguna virtud; por el contrario, demuestra el poco amor que te tienes a tí mismo(a) al permitir echar tu vida por el precipicio porque no te sientes merecedor de las cosas buenas que el Creador hizo para tí. En buen español eso se llama "pendejez"... y perdón por lo de buen español.

Vivir es un negocio muy riesgoso porque no puedes asegurar nada, ni siquiera tu propia vida física, y eso exige aplicar lo que Cristo hace 2000 años ya enseñaba a sus discípulos cuando les recomendaba "viajen livianos". No se refería a la mochila; se refería a sus apegos, porque cada apego que tengas es una cadena que te ata a una situación de vida que hoy está y mañana puede no estar. Y eso es como amarrarse una piedra pesada en el cuello y tirarse al mar.

Como siempre espero que estas reflexiones aporten alguna idea que te pueda permitir continuar viviendo una vida bonita después de la pérdida, porque seguramente puedes aportar muchas cosas buenas al medio donde vives, pero no podrás hacerlo si eres del Club de la Lágrima Perpetua y el Sufrimiento Agudo.




sábado, 16 de septiembre de 2017

EL SUICIDIO, FANTASMA CADA VEZ MÁS REAL

La conducta suicida no es un asunto nuevo; acompaña a la sociedad desde siempre, y ha tenido el mismo trasfondo psicológico a lo largo de los siglos. Ahora y siempre el suicidio se produce porque hay un desajuste mental muy importante en el suicida, cuyo enfoque de la vida es muy pesimista y orientado hacia el fatalismo, debido a que su “mapa mental” de la realidad, dice la PNL, es muy pobre y no le ofrece opciones de solución favorables a la situación que vive. Ese trasfondo tiene dos componentes principales:

a) La determinación del suicida para auto-castigarse por algo que hizo que considera terriblemente malo, y está convencido que el único modo de pagar la falta es quitándose la vida. Sobra decir que el hecho de que la persona se suicide no cambia el pasado, pero el suicidio lo libera de la culpa y del hecho de tener que enfrentar la desaprobación social por lo que hizo.

b) Porque el suicida ha perdido la esperanza de poder resolver sus problemas. La persona no se suicida porque tiene muchos problemas, sino porque cree que no se podrá liberar de ellos. Bajo esa perspectiva no tiene sentido luchar para mejorar su situación de vida y prefiere poner fin a lo que que cree es su irremediable situación a través del suicidio.

En ambos casos el suicida, por las vivencias que ha tenido, considera que su vida es poco valiosa. Llegar al suicidio es una decisión que involucra muchos factores de imagen personal, de vida social, de disponibilidad de oportunidades, y de atención profesional al afectado(a) que le permita conocer que si pueden existir alternativas de solución a su problema.

Quién tenga un enfoque simplista al respecto sencillamente es un ignorante en estos asuntos. Muchas veces oímos a las personas decir: “Que cobarde el Güicho, eligió el camino fácil”, “que agusto la María, se fue y dejó la víbora chillando”, “es que era un perdedor(a)”, “se lo merecía porque lo que hizo es imperdonable”, “debió de haber luchado más” y cosas similares. En esta vida las cosas no son blancas o negras, buenas o malas; en realidad, hay muchos tonos de gris. Recuerda que las cosas son del color del cristal por el que se ven. También decimos “sólo el que carga el costal sabe lo que pesa”.

Tal vez tú que estás leyendo estás líneas has contemplado el suicidio como opción; e incluso, puedes haber intentado hacerlo. Gracias a Dios el intento no funcionó porque estás leyendo este material, y puedo decirte, sin temor a equivocarme, que el suicidio es la peor opción para resolver tu problemática, cualquiera que esta sea. No me interesa que problemas tengas; puedo asegurarte algo: no es un problema nuevo que nadie haya tenido nunca.

Tus problemas pueden ser nuevos para tí, pero discúlpame que te diga que están más choteados que las galletas de animalitos. Ya otras personas los tuvieron antes y no necesitaron morirse para resolverlos. Y esto es especialmente cierto si eres una persona joven; tal vez adolescente o menor de unos 30 años, porque es en ese rango de edades en donde el suicidio está aumentando en forma alarmante.

Quiero mencionarte algunas opciones que están a tu disposición para ayudarte a tí mismo(a) o a conocidos tuyos que andan en los mismos pasos:

1.- Tener en cuenta que por tu diseño mental si tú no conoces algo PARA TÍ NO EXISTE, aunque si exista en tu realidad externa. Seguramente ya existen las soluciones a tus problemas, pero si tú no las conoces tendrás la impresión que NO EXISTEN. Y dada la confusión y el estrés mental al que estamos sometidos todos es fácil olvidar eso. Cuando aprendes algo lo que haces es poner en tu realidad interna algo que NO EXISTÍA EN TU MENTE pero que si existía en tu realidad externa. Es igual con contabilidad que con la capacidad de vivir.

2.- Recordar que la mejor forma de resolver un problema ES PREVENIRLO y no tenerlo. Por eso es importante desarrollar una mentalidad positiva y empoderarte a gracias al conocimiento, no a las buenas intenciones, 
para sentirte capaz de manejar las cosas de la vida. También podríamos decir: TEN FE EN TI Y EN TUS CAPACIDADES, sabiendo que puedes aprender cualquier cosa que te falte para ser un persona próspera y tener una vida plena.

Si eres padre o madre de familia con hijos jóvenes te menciono algo que nunca debes olvidar: SÓLO LAS PERSONAS FELICES TRANSMITEN EL DESEO DE VIVIR. Si tus hijos te ven como si te hubieran “rodado ponchado(a)” no tendrás el power para convencerlos que vale la pena vivir, porque con tu lenguaje corporal les estarás diciendo que no es cierto, y les resultará viable la opción del suicidio para no tener el sufrimiento que ven en tí.

3.- Perdónate a tí mismo(a) por los errores del pasado que seguramente cometiste por no haber podido tomar decisiones mejor que las que tomaste. El suicidio no cambia el pasado de nadie, y el error cometido ahí seguirá, contigo o sin tí. No podemos cambiar el pasado, pero si podemos cambiar el futuro siendo mejores y más capacitados en el presente. TUS ERRORES SE PUEDEN CONVERTIR EN OPORTUNIDADES cuando aprendes de ellos, y aplicas la experiencia en tu presente para construir un mejor futuro.

4.- Busca resolver tus problemas en lugar de tolerarlos. Aquí en Sonora decimos que vivimos “pateando el bote para adelante”; o sea, nos llevamos nuestros problemas al futuro por no resoverlos en el presente, y esto funciona como los pronósticos deportivos: MÁS LO QUE SE ACUMULE. Vives en un mundo de cambios y todos los días traen sus propias situaciones, y eso hace que se te vayan acumulando como bola de nieve, hasta que “se te hace muy gorda la Tía Antonia” y acaba por apachurrarte.

5.- BUSCA INFORMACIÓN, PREGUNTA, APRENDE, APRENDE, APRENDE. Aprender te permite tener opciones que ya existen pero que tú no conoces. Las palabras más peligrosas para cualquier persona que quiere tener una vida bonita son dos: “YA SE”. Si las personas supieran tanto como creen no andarían en las broncas que andan; recuerda el refrán que dice “que la apatía y la indiferencia caminan tan despacito que la pobreza siempre las alcanza”. Para que la vida bonita se interese en tí TÚ TE TIENES QUE INTERESAR EN ELLA PRIMERO. Ideas como “más vale malo conocido que bueno por conocer”, “ya para qué”, “perdí los mejores años de mi vida” literalmente equivalen a que TE SUICIDES despacito como miembro honorario del Club de la Lágrima Perpetua y el Sufrimiento Agudo.

La única solución que no existe es la que no se busca, así que muévete y deja de resignarte a una vida que no mereces. Si batallas con estas cosas busca en el lado derecho de tu pantalla la sección “Para ponerte en contacto conmigo” y desde ahí me puedes mandar tu comentario.


lunes, 11 de septiembre de 2017

APRENDER PARA TRASCENDER

Aunque oímos en todas partes lo importante que es mejorar nuestra mentalidad y aprender mejores hábitos de pensamiento, en la práctica muchas veces no lo hacemos y mantenemos nuestro desempeño en un “mínimo aceptable” que poco le falta para la mediocridad. Para ir más allá buscando eso que pudiera llamarse "excelencia" debemos incluir otro elemento en la fórmula al que podemos llamar “dar trascendencia” a lo que hacemos.

Eso significa que no debemos quedarnos en los resultados materiales, económicos o intelectuales de nuestro trabajo. Para que exista la motivación personal de lograr resultados significativos debemos darle al trabajo un significado y un propósito que va más allá de la propia persona. Cuando algo trasciende es porque va más allá de nosotros mismos. Los resultados obtenidos no se quedan en el sujeto que aprende y que acciona en base al aprendizaje, sino que afectan también al entorno y a las otras personas que comparten la vida de quién actúa.
Aunque ese concepto de trascendencia no lo tenemos muy presente es muy importante para nuestra calidad de vida, porque con consciencia o sin ella muchas de las actitudes y comportamientos que tenemos no sólo nos afectan a nosotros mismos sino que tienen un impacto en el mundo que nos rodea, determinando así nuestro éxito o nuestra mediocridad.

El deseo de trascender es uno de los motivadores más fuertes que existen, porque todo ser humano tiene la necesidad psicológica de sentir que tiene un impacto en su entorno. De algún modo queremos “permanecer” aún después de la muerte. Por ese deseo de “seguir estando” muchas personas escriben libros o hacen inversiones económicas para que su nombre se mantenga vigente en el nombre del edificio, o de la empresa que fundó, por ejemplo.

Lo triste es que muchas veces no captamos que trascendemos; o sea, ejercemos una influencia en nuestro entorno de forma negativa, proyectando y transmitiendo, ideas, emociones, y hábitos destructivos ya sea en la familia, en la empresa, con los vecinos, y en la comunidad en general, que pueden permanecer mucho tiempo después de nuestra muerte. No necesitas ser un escritor famoso para trascender, porque tus nietos te recordarán, tus compañeros de trabajo también.

Una forma fácil de tener conciencia sobre como quieres trascender es preguntarte que quieres que platiquen de tí las personas que vayan a tu funeral. 


Si eres una persona exitosa tu éxito y buenas obras te mantendrán vivo en la mente de las personas; si eres una persona tóxica el mismo efecto será causado por tu negatividad y vida inútil. Pudiéramos decir que tu manera de trascender será una medida de tu éxito.

Tu desarrollo intelectual y espiritual determinará tu nivel de trascendencia. El primer nivel es advertir que eres consciente de la realidad física que te rodea, que la puedes conocer, y darte cuenta que eres el sujeto que conoce y que eres diferente a lo conocido.

Si sigues creciendo tendrás consciencia de que además del mundo físico perceptible a los sentidos, existe “otra realidad” no física, pero que también es real, formada por tus ideas, tus emociones y tus hábitos, que determina tu forma de trascender en el mundo físico. Empezarás a caer en cuenta que las cosas que no se ven son las que dan vida a las que se ven.

Si sigues creciendo te darás cuenta que existe, además de tu realidad no física, otra realidad que tampoco es tangible a los sentidos, que llamamos Dios, Inteligencia Infinita, Tao, y de muchos otros nombres, a la que tú perteneces y que está dispuesta a ayudarte para que tengas vida bonita y para que tus proyectos en el mundo físico tengan éxito.

Y si le sigues buscando al asunto podrás aprender como trabajar con esa otra Realidad Inteligente, que no eres tú, aprovechando recursos prácticamente ilimitados. Esto es lo que han hecho esas personas que llamamos genios, que parecen tener una sabiduría y habilidades que no son de nuestra realidad cotidiana. Y cuando esto pasa entonces podrás trascender como lo hizo Buda, Cristo, Aristóteles, Mozart, Einstein, y tantos otros.

Después de haber ido aprendiendo sobre el ser, el hacer, el aprender y el emprender, estarás en el camino de trascender. Como ser humano estás hecho para buscar una plenitud que está en tí, pero, a la vez, fuera de tí. Por ejemplo, la familia, es el primer nivel de realización personal y de trascendencia hacia los demás, y muchas veces ni siquiera se logra superar ese nivel teniendo todos los problemas que ya conoces, por cosas como el egoísmo, los miedos, la poca disposición al cambio y muchas otras cosas similares.

Tu capacidad de trascender como alguien que mejoró su ambiente determinará tu éxito, que va mucho más allá de tu riqueza económica, que es como miden el éxito las personas que están en el primer nivel de consciencia, pudiéramos decir “nivel primaria” en estos asuntos.

La persona es un ser con los demás y para los demás. Ahora en palabras elegantes dicen que todos pertenecemos a la “conciencia colectiva”, porque no somos solos, ni vivimos solos, ni nos salvamos o perdemos solos. Todos estamos en el mismo barco nos guste o no, y al trascender buscamos que nuestra parte del barco funcione correctamente.

El sentido de trascendencia tiene sus raíces en lo más profundo de la personalidad. Desde la edad más temprana hay que ayudar a descubrirla para que la persona sea consciente y la busque a lo largo de su vida. Si no se busca trascender, la vida se vuelve una maldición más que una bendición, y de esa pérdida de sentido surgen todos los problemas que estamos viviendo en la actualidad.

Este camino de búsqueda de la trascendencia tiene tres vías principales: aprender a convivir, donde incluimos el aprender a ser amigo y a ser familia; aprender a participar, donde incluimos el aprender a ser buen ciudadano; y aprender a servir, en el que incluimos el aprender a ser solidario y a ser socialmente responsable.

Si quieres una vida bonita y realmente exitosa es importante empezar a recorrer ese camino; y sobra decir que ese camino no está peleado con tener mucha lana e ir a Las Vegas; por el contrario, ese camino garantiza que tu riqueza económica, social, intelectual, cultural, familiar, sea duradera y se incremente en el tiempo. 


Así las personas que vayan a tu funeral lamentarán que ya no estés.


domingo, 3 de septiembre de 2017

EL CÁNCER DE LA PAREJA

En México la mayoría de las personas no sabemos amar correctamente y eso hace que acabemos viviendo para las personas en lugar de con las personas. Se nos enseña a vivir para la familia, para el esposo, para la esposa, para los hijos y para muchas otras personas que normalmente llamamos familia.

Cómo eso es una cuestión cultural porque nos dicen que la familia es primero, y no sabemos casi nada de nuestro funcionamiento mental acabamos siendo adictos a las personas. El problema con las relaciones adictivas es que funcionan en base al miedo a perder la adicción, en este caso una o varias personas. No funcionan en base al amor como debería ser; el miedo acabará generando desconfianza, inseguridad y mucha inestabilidad condenando a la relación a una muerte segura.


En el caso de la pareja el tema es especialmente doloroso porque consideramos que la pareja estará con nosotros toda nuestra vida, ya que durante el noviazgo se hacen muchas promesas bien intencionadas pero muy ingenuas que no se cumplirán en la vida real. Esto se complica porque usamos el pronombre “mi” como posesivo cuando nos referimos al esposo o la esposa, y en nuestra ignorancia en el tema terminamos convirtiendo a la pareja en el motivo de nuestro bienestar y seguridad, sin medir las consecuencias que eso tiene a nivel mental y del comportamiento.

Para hablar con más detalle sobre el asunto de la codependencia en la relación de pareja preparé un video que dura 20 minutos y que te invito a ver en un rato de calma con una tacita de café, porque es un tema importante. Para ver el video has clic aquí



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