Si al ver las palabras del título te
acordaste de un amigo o amiga que batalla con esas cosas, pero tú no
por supuesto, te recomiendo leer lo que sigue para que le platiques,y
si de pasadita te sirve a tí pues que bueno.
Para los mexicanos el tema de la
sexualidad sigue siendo un tema especial, del que se habla bajito y
que no se ve como parte normal de la vida diaria de la persona. Sigue
habiéndo un velo de sucio, pervertido, animal, sobre el tema y la
posibilidad de ver la sexualidad como fuente válida de placer sigue
teniendo enfrente un cartelón grande que dice ”pecado” y una
flecha con lumbre apuntando al infierno, donde quiera que esté.
Y mientras siga siendo así seguiremos
teniendo sufrimiento y muchos problemas al respecto, entre ellos los
tres del título del post, además del problema de abuso a menores
como la pederastía o el incesto que es un problema serio en México. Aunque no se tienen estadísticas
confiable porque las personas afectadas no denuncian, el problema es
tal que el Congreso de la Unión declaró el 19 de Noviembre como el
día contra el abuso sexual infantil, estimando que en México
alrededor de 4.5 millones menores lo sufren. Para ver la nota puedes
hacer clic aquí. Si quieres más información, en tu barra de búsqueda escribe "estadísticas sobre incesto en México" y te vas a sorprender.
Si quieres entender porqué se
presentan los 3 problemas del título lo primero que tienes que
recordar es que tu sistema nervioso tiene dos partes: una que
controlas en forma voluntaria, normalmente llamado “sistema
nervioso somático”, y que es el que mueve manos, piernas, boca,
etc. Además tienes otra parte llamada “sistema nervioso autónomo”,
que como su nombre lo indica está totalmente fuera de tu control
voluntario. Es el que controla tu hígado, riñones, tu sistema
hormonal y todo lo demás que funciona sin tu participación.
A través de los sentidos tu sistema
nervioso autónomo siempre está monitoreando tu entorno para
identificar y protegerte de cualquier cosa que te pueda hacer daño.
Al detectar un peligro inmediatamente dispara mecanismos que te
permitirán huir o pelear y apaga todas las otras funciones que no
son necesarias para enfrentar el peligro.
Por ejemplo, acelera tu ritmo
respiratorio y cardíaco, tu pancreas producirá más glucosa y tus
glándulas suprarrenales producirán adrenalina. Al mismo tiempo
bloquea tus procesos de alimentación, de sueño... y adivina que más
bloquea: todo lo relacionado a tu actividad sexual.
Y tal vez tú te preguntarás: “¿Y
eso que tiene que ver conque el pitirrín no me funcione o que sea
frígida?”. Pues tiene todo que ver porque si en tu mente tu pareja
o la actividad sexual se identifica como “problema”,
“enemigo(a)”, el sistema de protección automático se echa a
andar sin tu permiso y lo único que harás es el ridículo porque no
te va a funcionar nada.
Todo lo relacionado en tu organismo con
la relación sexual se bloqueará te guste o no; de hecho, mientras
más te presiones más se bloqueará, porque el instinto de
supervivencia es más fuerte que tu instinto sexual. Por eso, el
amante corre cuando llega el esposo de la morra, o al revés.
Lo mismo sucede en tu mente cuando no
eres buen amigo(a) de tu sexualidad, porque en tu mente la actividad
sexual produce conflictos emocionales. Por ejemplo, si la tienes
chiquita y te avergüenza que tu pareja vea la miseria que tienes
entonces tu propia mente generará la impotencia o la eyaculación
precoz como forma de sacarte de la situación peligrosa o dolorosa lo
más rápido posible.
El pene no tiene nada que se pueda
descomponer; es un tubo con un esponja adentro, cuando entra sangre
hay erección y cuando sale la sangre termina, y si no entra la
sangre pues estará muerta la lagartija. El punto es que hay una
válvula que controla la entrada y salida de la sangre, y ¿adivina
quién controla la válvula?. Bien contestado: tu sistema nervioso
autónomo.
Por eso cuando tu pareja en tu mente se
identifica como “peligro” o “problema” se bloquea la válvula
sin pedirte permiso, porque tener relaciones mientras te corretea un
toro bravo no es prioritario para tu supervivencia. Tal vez te ha
pasado o a tu amigo le ha pasado, que no pueden tener relaciones con
su pareja pero funcionan de maravilla con otra persona. Eso es porque
la otra persona no tiene archivo problemático en tu mente, y el
sistema nervioso autónomo no detecta peligro en la situación, por
lo que no bloquea la entrada de sangre al pene.
En el caso de la mujer funciona del
mismo modo con eso que llaman frigidez. El
término frigidez se refiere a la ausencia del deseo y del placer
sexual; puede tener diferentes causas, casi siempre psicológicas
por ligar la actividad sexual con experiencias dolorosas del pasado o
del presente. La frigidez no debe confundirse con la dificultad de
alcanzar el orgasmo en la relación, situación que elegantemente se
llama “anorgasmia”, que puede estar relacionadas con problemas
físicos en los órganos genitales, con situaciones psicológicas, y
con el uso de ciertos medicamentos. Si como mujer no te gusta tu
cuerpo físico y te avergüenzas vas a batallar con la frigidez.
En
otras ocasiones, especialmente en el caso de la mujer, en donde hay
problemas con la pareja, su sistema autónomo hace algo muy curioso
para protegerla. Si a la pareja le gustan personas bien formadas con
cuerpo de gimnasio diario, el sistema autónomo cambia el metabolismo
y de repente empieza a engordar sin importar lo que haga, para evitar
que la pareja quiera tener relaciones sexuales con ella. Genera los
famosos dolores de cabeza o diarreas y achaques similares.
El
sistema nervioso autónomo no entiende sentimentalismos y funciona
con la misma frialdad de una computadora para asegurar tu
supervivencia cuando la sexualidad se identifica como fuente de
sufrimiento o peligro. Por eso en el post anterior hablaba de que
necesitas ser buen amigo(a) de tu sexualidad. De lo contrario tu
propio sistema nervioso autónomo te hará la vida de cuadritos en
todo lo relacionado con tu sexualidad. Y es lo mismo en relaciones
heterosexuales, homosexuales o transgénero, porque en todos los
casos tu sistema nervioso autónomo funciona igual. Ese no se
modifica por las costumbres o el bisturí.
Mientras
sigas viendo tu sexualidad como fuente de sufrimiento , de
sentimientos de culpa o condenación eterna vas a batallar hasta para
“lavar el trapito a mano”. Así que te recomiendo buscar
información al respecto para salir de ese encierro psicológico que
acaba produciendo también muchos problemas en tu relación de pareja
y en tu vida en general.
Si
tu mentalidad hacia la actividad sexual genera estrés tu sistema
autónomo trabajará en tu contra buscando protegerte, porque su
máxima prioridad es tu seguridad y supervivencia, no tus ganas de
andar como mariposita buscando flor. En la barra de búsqueda de
Google o de cualquier otro navegador que uses escribe “sistema
nervioso autonómo y sexualidad” y verás mucha información que te
puede servir.
Es
muy raro que la impotencia, la eyaculación precoz y la frigidez
tengan su raíz en problemas físicos, y ciertamente las cosas pueden
mejorar mucho siendo buen amigo(a) de tu sexualidad porque el
problema casi siempre, por no decir siempre, está en tu enfoque
mental. Así que ánimo porque puedes hacer mucho por solucionar esas
situaciones sencillamente dejando de verlas como tabú, para aprender
al respecto y dejar de sentirte como bicho raro.
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