A veces las personas comentamos: “Es que
siento una carga muy pesada en los hombros” y no saben de dónde viene ese
“peso”. Te aviso que ese es el peso de experiencias de tu pasado que traes
cargando, y que definitivamente hacen que tu caminar por la vida sea muy doloroso
y difícil. Y lo traes cargando porque a través de tu atención constante en esos
asuntos pudiéramos decir que no los dejas ir; los sigues reviviendo en tu
presente aunque realmente ocurrieron en tu pasado.
A eso se refería Cristo cuando le decía a sus
apóstoles que viajaran ligeros. No se
refería a la mochila; se refería ligeros de apegos, de viejos modos que hacen
difícil el caminar en tiempos de cambio, de recuerdos del pasado y cosas por el
estilo. Si te sientes muy cargado(a) checa que cosas que no te sirven sigues
cargando todavía. Y claro está, no son cosas físicas; son hábitos de
pensamiento, emociones y hábitos de comportamiento que ya no te funcionan.
Dentro de esas cargas sin lugar a dudas las
más pesadas son los sentimientos de culpa y los resentimientos. Ambas cosas
tienen que ver con el odio que sientes hacia ti mismo(a) o hacia otras personas
por cosas que sucedieron en el pasado. Estás usando tu pecho como bodega para
guardar esa basura, y como el pecho no se hizo para ser bodega te levanta
presión y de esa presión empiezan a surgir toda una colección de enfermedades
físicas y psicológicas, especialmente estados depresivos que no se le desean a
nadie.
Pudiéramos decir que estás guardando una bola
de facturas incobrables que quieres cobrar y por eso no las tiras. Todos los
días te acuerdas de esas situaciones desagradables y dolorosas porque así es
como mantienes la factura a la vista. El único problema es que cuando recuerdas
o revives las situaciones resientes todas las emociones negativas que sentiste cuando
sucedieron.
Se te está pasando un pequeño detalle. Las
cosas del pasado ya no se pueden cambiar y en el afán de mantener la factura
vigente ESTÁS ECHANDO A PERDER TU PRESENTE, que pudiera ser bonito. La
situación pudo haber pasado hace 20 años, y pasó una vez o solamente algunas
ocasiones; sin embargo has sentido el peso de la situación miles de veces
porque tus culpas o resentimientos son del día de hoy Y LOS ESTÁS PRODUCIENDO
TÚ, no las situaciones de hace 20 años, porque esas emociones las generas
cuando te acuerdas. Tus emociones siempre son frescas del día, no vienen del
pasado, porque las generas en el momento en que recuerdas las situaciones.
Si quieres terminar con ese peso la solución
es eso que llaman “perdonar”; sin embargo, esa palabra está muy mal entendida
en nuestra cultura y normalmente la entendemos como repetir en el presente las
mismas tarugadas del pasado. Perdonar no tiene nada que ver con repetir
patrones de comportamiento que te dañaron en el pasado, perdón, pero eso es
pendejez. Mucho menos tiene que ver con la frase mal interpretada de Cristo de “cuando
te peguen en una mejilla pon la otra”.
Perdonar es una técnica psicológica que tú
aplicas en ti, y sirve para recuperar tu paz interior y tirar el costal que
mencionamos antes. No tiene nada que ver con tu pasado y tiene todo que ver con
tu presente. Tampoco tiene nada que ver con las personas que te dañaron, que
incluso ya pueden haber fallecido y tú las sigues manteniendo vivas en tu
memoria.
Perdonar significa aprender a evitar que en tu
presente, que puede estar bastante bien, se generen emociones negativas por
situaciones de tu pasado que echan a perder ese presente que hoy no tiene los
problemas del pasado. Perdonar es una forma selectiva de recordar partiendo de
la base de lo que decía una viejita sabia: antes como antes y ahora como ahora.
Necesitas caer en cuenta que esa división que
hacemos entre pasado, presente y futuro existe sólo en nuestra mente en donde
existe el concepto de tiempo, que no existe en tu realidad diaria. Tú solamente
vives en el aquí y en el ahora, todo lo que pasa en tu vida sólo pasa en el
aquí en el ahora. Eso que tu llamas pasado en su momento fue “aquí y ahora” y hoy
en día sólo existe en tu mente. Tu vida sólo transcurre en el presente y
siempre será así aunque no estés de acuerdo.
Tu pasado no tiene realidad en tu presente
porque es un concepto mental que no se encuentra en tu realidad física actual.
Tal vez te suene bien mariguano eso, pero estoy diciendo la puritita verdad y
vale la pena que te des cuenta de eso porque será sólo entonces que podrás
empezar a tirar el costal. Mientras sigas creyendo que tu pasado sigue siendo
real seguirás creando el engaño que te está reventando el día de hoy. Así no va
el negocio
Cuando te odias a ti o a otras personas se te están
haciendo bolas el pasado que tu mantienes vivo en tu memoria con la realidad
presente. Necesitas caer en cuenta que estás mezclando la gimnasia con la magnesia.
Sigues viendo en el presente las cosas como fueron en el pasado Y YA NO SON
COMO ERAN ENTONCES. Consideras natural ver el pasado como parte del presente y
ni al caso, la estás regando machin y eso hace tu vida guinienta. Cuando
aprendas a ver tu mundo presente sin mezclarle el pasado entonces empezarás a
mejorar y las cosas se verán mucho más parecidas a como son en realidad.
Seguramente has oído eso de que “el tiempo
todo lo cura”, pero en realidad es exactamente al revés, porque en lugar de liberarte
te tiene preso en una bola de recuerdos que tú mantienes vivos en tu mente por
la costumbre de creer que necesitas un pasado para vivir en tu presente. Eso es
totalmente falso, y de esa ilusión estúpida es que surge tu sufrimiento, te
guste o no. Recuerda que las leyes universales se cumplen contigo, sin ti o a
pesar de ti.
Si quieres aprender a perdonar para hacerte un
favor a ti mismo(a) porque crees merecer una vida bonita puedes reflexionar
sobre las siguientes cosas:
- Entender que tú
les das vida a tus emociones
negativas. No pueden existir a menos que les des vida a través de tus
ideas. Ideas guinientas producen emociones guinietas; ideas bonitas
producen emociones bonitas, porque las emociones son la reacción de tu
cuerpo a lo que estás pensando.
- Entender que el odio te daña a ti y no
al odiado.
- Tener conciencia de que nadie, excepto
tú mismo(a) te puede quitar el derecho a estar bien. Si eres sufridor(a) profesional
de la lágrima perpetua y el sufrimiento agudo tu solo(a) te estás haciendo
la vida miserable, y lo peor es que eso no te sirve para nada ni a ti ni a
quienes te rodean.
- Recordar que tú y todas las personas
somos diferentes todos los días, y que por eso no puedes comparar tu
pasado con tu presente
- No nacemos enseñados y por eso cometemos
errores.
- Entender que los resentimientos no
cambian el pasado, sólo arruinan tu presente, y en consecuencia tu futuro.
- Debes recordar también las veces que tú
has dañado a otros para que no seas tan duro en el juzgar a los que te
dañaron
- Vive en el presente visualizando las cosas
como quieres que sean en el
futuro, no como fueron en tu pasado
Si tú pretendes vivir diferente necesitas
cambiar tu manera de vivir porque si sigues haciendo lo mismo de siempre
seguirás teniendo los mismos resultados de siempre, y ese costal que sientes en
los hombros, que es más fiel que el hambre, ahí seguirá estorbándote para
evitar que tengas una vida plena. Date cuenta que te serviría mucho renunciar al "Club de la Lágrima Perpetua y la Santa Rodilla Sangrante", porque es un club de loosers, ni en el Facebook los quieren...